Soy como un payaso de circo contratado para hacer enojar y hacer sufrir en lugar de hacer reir pero al igual que el payaso me puedo morir por dentro y no pasa nada y tengo siempre que conservar mi cara dura y sin espacios para la sensibilería.
Soy feliz cuando estoy contigo, cuando pasas tiempo conmigo, cuando pasamos horas enteras platicando mirándonos a los ojos sin preocuparnos por el tiempo, cuando me escuchas por horas y finges interés de vez en cuando de todas las tonterías que te platico, cuando nos reímos sin parar de la gente que nos divierte, cuando las pocas veces que he logrado soltarte la lengua y te estimulo para que saques todo aquello que no tan fácilmente le contarías a cualquiera, cuando me dices wey y me sonríes cuando nos vemos en el trabajo, cuando te pones serio también, cuando haces como que trabajas sentado en tu computadora chateando en el Facebook, cuando vienes a mover mi computadora con tu “mano santa” dices tú, que es una mano que revela tu verdadera edad…..
Soy feliz cuando te pones tus lentes pequeños y cuya línea se pierde en el horizonte, cuando vienes de tenis y cuando últimamente te ves mucho mejor con zapatos, cuando te vistes para el trabajo como si fueras de día de campo y cuando te vistes como si pertenecieras a la generación hippie o te vistes como si estuvieras en tus tiempos de profesor y usas esa horrible chamarra que yo te compré y que luego me pagaste.
Soy feliz cuando mueves con rapidez tus dedos en mi teclado, cuando manejas las camionetas de los jefes con temor a chocar cada vez que sales y cuando niegas esto y me dices que en realidad te vale madres.
Soy feliz cuando me prestas tu memoria llena de pornografía y cuando me platicas acerca de todas las viejas que tienes disponibles para la noche.
Soy feliz cuando estamos los 2 trabajando a la par y dejo de ser feliz cuando como hoy te vas y no te veré por el resto de la noche.
Quisiera irme del trabajo y encontrarte en casa, verte hackeándote el internet de los vecinos para que pueda conectarme desde casa, chelear y chelear y a veces tomar un poco de vodka, discutir por la limpieza del baño y los pagos del mes, estornudar hasta hacerte enojar y que me corras a mi nido, hablarte de mil tonterías hasta que te harte y me digas con esa ternura que te caracteriza “presumidito”.
Quisiera tenerte en mis brazos por solo una noche, solo una y disfrutar de tu horrible y flacucho cuerpo….. ¿Es demasiado pedir?
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