sábado, 31 de diciembre de 2011

Julio 2011 - Cada quien se pone sus propios límites

¿Porqué? Nuestra líder del Sistema de Inocuidad nos enseñó a descubrir la causa raíz de los problemas que habitualmente manejamos haciendo una lluvia de ideas de todas las posibles causas y después dándole más o menos valor a cada idea según el diagrama de un doctor japonés llamado Ishikaga y no se quien más, los 5 porqués y todo para analizar y descubrir el hilo negro de cada cosa.


¿Porqué no asistí a mi fiesta sorpresa de cumpleaños? Había cooperado para celebrar todos los cumpleaños anteriores, había festejado con Santi, con Claudia, con otros sus cumples, ahora era mi turno este mes y yo no fui. Fue otra de esas decisiones que jamás me he podido explicar en mi vida, que después me arrepiento de haberlo hecho y que no explico su causa raíz. Las posibles causas fueron:

- Había faltado el día anterior, el mero día de mi cumpleaños- debido a que estuve en Orizaba celebrando la salida de primaria de mi hermanita Rebeca y después nos fuimos a comer en familia, así es que al siguiente día quería avanzar con mis pendientes y me parecía de muy mal gusto salir temprano a las 5 de la tarde.

- Porque entre tantos eventos y celebraciones me había quedado sin dinero y apenas tenía para sobrevivir hasta el siguiente pago y de ninguna manera deseaba que por ser mi cumpleaños me pagaran todo mi consumo a donde fuera que me llevaran.

- Porque estaba enojado aún porque me plantaron para la celebración del día del paramédico.

¿Qué más podía pedir a la vida? Muy pocas veces en la vida he tenido un grupo de amigos que me celebren el día de mi cumpleaños, puedo contar las fiestas sorpresas por sencillas que sean con los dedos de una sola mano y esta vez Santi en persona el tipo con el que tanto tiempo he soñado se dirigió a mi escritorio aunque estaba tan enojado conmigo para invitarme a festejar mi cumple y yo lo rechacé, esto de que me haya invitado nunca volverá a suceder conociéndolo y yo lo rechacé, ¿Porqué no fui? Nunca lo entenderé……

Al día siguiente entendí que me guardaban rencor esta vez todo mi grupo social, nadie me invitó a comer con ellos como otras veces ni me dirigieron la palabra durante la comida, empezaron una ley de hielo en mi contra y yo fui el único y principal responsable.

Fue un mes maravilloso en el terreno laboral pues yo brillaba con mis cursos de brigadas comenzando a tener una brigada bien preparada y bien capaz para proporcionar primeros auxilios pero nunca pude recoger los comentarios de mis queridos amigos Claudia y Santi que son parte de la brigada y que aunque no me dirigían la palabra tenían que asistir a mis cursos.

El domingo anterior a mi cumple, me vi con mi amigo el MIch que ese día fue su cumple y nos fuimos a celebrar a Puebla, después de 3 años de no vernos, ahora estábamos celebrando nuestros cumples que son con 2 días (y años) de diferencia. SI celebré con el Mich, celebré con mi familia, ¿Porqué no celebré con mis nuevos amigos de la planta?

Me mandaron la foto a mi celular de la mesa que ocuparon mis amigos en los tacos árabes con un platillo servido para mí en el centro de la mesa, platillo y lugar que se mantenían desocupados, una fiesta sin cumpleañero, un tipo rarísimo como publicaron en el caralibro, casi casi un extraterrestre que prefiere seguir trabajando en lugar de salir a celebrar. No sé por más rencor que tenía hacia ellos porque no asistí este día nunca lo entenderé, Claudia sabía perfectamente de qué pie cojeaba y por eso me mandó precisamente a Santi para que el me llevara al lugar donde harían mi celebración pero yo no tenía ni dinero para pagar el taxi para llegar hasta ahí, no quise pasar la pena de confesar que no llevaba dinero, -Tu orgullo pudo más – Me diría Claudia meses después. -Ahí si te pasaste mucho – me dijo el Santi a la hora de las reconciliaciones con vodka.

El año pasado en el mes de Julio, mis jefes me pusieron una prueba para decidir si me quedaba o no, organizar un simulacro, y lo hice y aunque no los convencí del todo, me dejaron continuar en el trabajo y me comprometí a tener unas brigadas que ya supieran empaquetar pacientes y darles los primeros auxilios. Un año después finalmente estaba logrando capacitar adecuadamente a mis brigadistas, eran sábados de brigadas que aunque algunos odiaban otros empezaron a tomar gusto, brillaba yo como instructor de brigadas pero no era feliz, porque mis amigos se habían ido, ya no me hablaban, dejé de comer con ellos, y empecé a salir a comer fuera de planta completamente solo, -dicen que la comida te engorda más cuando comes solo que cuando comes acompañado y ahora entiendo el porqué de esta panza-. En la cruz roja aprendía yo muchísimo emergencias abdominales, renales y del sistema nervioso, muchos términos y muchas cosas que aprender y me sentía súper bien en la roja, pero en la planta no era feliz, estaba sin amigos.

Unas 3 semanas después de mi cumple, Santi tuvo un gran problema, alguien le robó un no se qué valioso de esas cosas importantes para la gente de las computadoras, al parecer alguien le metió mano en su cajón y le extrajo ese cierto componente. Yo como Jefe de Seguridad me encerré con él y con Claudia para discutir la estrategia a seguir para demostrar que alguien se metió a robarle a su escritorio y que el no tenía la culpa y no saliera afectado pagándolo y yo de paso afectado por la falta de seguridad en la planta, después de la discusión del tema, yo aproveché el momento para decirles a los dos perdón por no haber asistido ese día, que me disculparan, que no podía seguir así fingiendo que no me siento mal porque me han aplicado la ley del hielo y me castigan con el látigo de su desprecio, pero salimos de ahí sin obtener ni su perdón ni aceptar mis disculpas, Claudia no dijo nada y solo se acomodó sus lentes mientras me escuchaba sin mirarme y Santi solo me miró a los ojos y me dijo una frase como el día de hoy que jamás olvidaré: “Cada quien se pone sus propios límites”……..



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