lunes, 1 de febrero de 2010

El Arbol de chicle

Cuando supe que en algún lugar de Coyoacán (Delegación de la Ciudad de México) existe este árbol forrado de goma de mascar o chicle como le decimos en México quise tener también mi propio árbol de chicle aquí en Orizaba en un terreno baldío que se encuentra junto a la casa de mis padres. Soñaba con que algún día ese árbol también sería visitado por turistas de todo el mundo y que también aquí vendrían a pegar su chicle y dejaran pequeñas gotas de saliva que se mezclaran haciendo del árbol un festín de material genético. El árbol ya estaba en pie cuando nací y ahí estuvo desde varios años antes, mi hermana y yo nos encargamos de pegar aquí todos los chicles que consumiéramos y algunos vecinos también y hasta algunos testigos de Jehová que son nuestros vecinos, llegando a cubrir por lo menos unos 3 o 4 metros cuadrados con chicles pegados sobre el pobre árbol. Dicen los biólogos que esta cubierta chiclosa resulta ser bastante ecológica pues soluciona 2 problemas de una mascada, por un lado se protege al árbol contra algunas plagas que suelen atacarlos y secarlos así como a condiciones ambientales adversas y al mismo tiempo se combate otro problema ecológico del cual se habla muy poco pero existe y es la disposición precisamente de estos residuos que son los chicles ya que no son biodegradables porque hace mucho que dejaron de hacerse de goma natural como antes y resultan un gran problema al mezclarse con otros residuos, así que es una solución muy buena utilizar los árboles para este fin… Pero como siempre, no a toda la gente le parece hacer este tipo de acciones “ecológicas”, la gente lo ve como una cochinada, como una tontería digna de personas inmaduras como un servidor. A las personas que no les agradaba este árbol evitaban caminar cerca de él y caminaban del otro lado de la acera para llegar a su salón del reino de los testigos de Jehová, siempre hablando mal del pobre árbol que a nadie pedía nada, y tratando de no verlo aunque sabían que ahí estaba siempre presente y que ignorarlo no equivalía a desaparecerlo del mapa, y nosotros los que no nos parecía una cochinada pegar nuestro chicle fundiendo nuestros restos de saliva en una sola masa ya seca y de varios colores…. Y sabores…. Es prácticamente imposible que la gente esté de acuerdo en una idea, nunca nada hará felices a todos, y siempre tendremos los extremos; lo más importante es luchar porque los extremos se acerquen y dejen de polarizarse, la sana convivencia entre aquellos que piensan diferente es la base de la sociedad…. Así como el árbol de chicle, algunas personas hoy en día siguen espantados ante la idea de ver a un hombre besándose con otro hombre o el mismo caso entre mujeres, huyen despavoridos y evitan el trato con personas de este tipo utilizando términos discriminatorios como enfermos, degenerados y otro tipo de adjetivos “con todo respeto”. Pero no podemos evitar lo que ya está presente en nuestra sociedad y es tan natural como el cielo, el agua y la tierra misma, es parte de la esencia del ser humano la preferencia sexual por el mismo sexo. El Dr. Alfred Kinsey basándose en métodos científicos desechó todos los argumentos de considerar a la homosexualidad como una enfermedad mental como era considerada antes. Estos trabajos constituyeron la base de la aceptación moderna de la homosexualidad como parte de nuestra vida diaria en el mundo occidental por lo menos, hace más de 50 años… Sin embargo, hoy en día, tristemente siguen existiendo personas que todavía se cubren bajo criterios morales y religiosos obsoletos apoyando la discriminación y el rechazo a estos grupos sociales, y hoy en día a 200 años de vida independiente, los países latinoamericanos están en un proceso de la aceptación definitiva de los grupos homosexuales en la sociedad que no es de ninguna otra forma que mediante el matrimonio de parejas del mismo sexo y la posibilidad de adopción, tema que no debería polemizar a nadie porque es inevitable y debería ser un trámite automático, un paso obligado para obtener la madurez de la sociedad, un paso más hacia la verdadera Independencia, pues nos hemos librado del dominio europeo, pero también es necesario independizarnos del pensamiento medieval de los conquistadores… Ciertamente que México tiene muchos defectos como para declararme “Orgullosamente Mexicano” como quiere el presidente Calderón, pero si de algo me siento muy orgulloso es de la legislatura de la ciudad de México, un ejemplo de modernización y del Estado Laico que ojalá imiten todos los 31 congresos restantes del país. En Veracruz mi estado natal donde hay una gran aceptación y representación y sana convivencia con la comunidad LGBT en ciudades tan cosmopolitas como la capital Xalapa o en el Puerto de Veracruz especialmente en días de carnaval no es posible que aún no exista una iniciativa de este tipo a discusión en el congreso, los diputados actuales locales parecen ser más representantes de la Iglesia Católica que del pueblo… En mi estado adoptivo Puebla, la semana pasada un partido político izquierdista acaba de presentar la propuesta y ya está comenzando a discutirse, aunque más me parece una estrategia electoral pero en fin, ojalá prospere… Entre las muchas opiniones a favor y en contra de estas propuestas he escuchado una muy simpática por ejemplo de que deben existir prioridades para los diputados y que este tipo de leyes no son prioridad…. Y yo me pregunto, si el bienestar de unas minorías para bien de la sociedad en general no son una prioridad…. ¿Entonces que será prioridad? Ojalá que los diputados de las actuales legislaturas de todos los estados quieran pasar a la historia como quienes se atrevieron a marcar el cambio estructural para construir una mejor sociedad más tolerante ayudando a que los grupos sociales minoritarios obtengan derechos e igualdad ante la ley, y que no solo se les recuerde como los diputados que una y otra vez nos han aumentado impuestos sin piedad para mal de la sociedad y -eso sí- para la destrucción de la familia…. Mi árbol de chicle se ha ido, lo cortaron los dueños del terreno donde estaba, llegué el sábado a Orizaba y casi lloro cuando vi que mi pobre árbol de chicle ya no estaba dejando como un desierto al pobre terreno… Es increíble la ambición de la gente por tener, por poseer la tierra a toda costa, como si la tierra realmente nos perteneciera a nosotros los humanos y no nosotros a ella, yo que nunca he poseído nada, solo me siento a reírme de las tonterías que la gente hace; los árboles son pequeñas muestras de vida en medio del desierto urbano, muestras de esperanza de un mundo mejor y las vamos cortando poco a poco cortando con ello también nuestras esperanzas por tener un mundo más limpio y más justo… Del antiguo terreno donde jugaba de niño y me subía a los árboles a cortar pomarrosas, nísperos, naranjas y chinenes ya casi no queda nada........ De todos los árboles que había cuando era yo un infante tan solo queda una vieja y seca palmera donde mi abuelo me enseñó alguna vez a medir la altura de los árboles, a ver cuando cortan también esta pobre palmera…

5 comentarios:

Montse. dijo...

El tiempo van cambiando poco a poco, la tecnologia dá paso a cosas nuevas, y el pasado es solo eso"pasado". Es una lastima, ya que deshacerse del pasado és borrar nuestras raices y comienzos. Siento lo de tu árbol chicle, y me ha sido muy curioso saber de su existencia. No sé de que se extrañan las gentes, cuando la homoxesualidad, ha existido siempre, desde que el mundo és mundo, pero antes se escondian, ahora se dá la cara , y eso és lo que no gusta. Animate, hoy estás muy apagado, y te entiendo. Saludos.

Thiago dijo...

Oh, que tristeza en tu post.. pobre arbol. Hombre lo de los chicles (por cierto en España tb. se les llama chicles) no se si sera bueno o malo pero era solo un arbol, asi que tenia un valor sentimental y popular, que quedaba gracioso... mejor, desde luego, que los que los arrojan a la calle y queda un pegotón negro durante años....

Eso si, la moda de ir dejando cosas ya apesta, ahora en todas partes -a imitación de un sitio de Italia, creo- ponen un candadito en algunos puentes o puertas, como símbolo de amor eternos... unos pesados, jaja

Bezos.

Cris dijo...

No creo que quede ya nadie (excepto algún fanático religioso, que hay gente para todo) que considere la homosexualidad una enfermedad.
Siempre habrá quien te mire raro (a mi todavía de vez en cuando memiran mal por ser madre soltera), pero eso es problema de quien mira.
Ojalá prospere la ley como tú dices.

Lo de los chicles, me parece super original pero de verdad que es ecológico??? A mí es que eso de cubrir un árbol con plástico...

Besos!

Unknown dijo...

Yo no sabía que podía ser 'bueno' poner dejar el chicle en el árbol. Bueno no suelo mascar chicles de cualquier manera jiji.

Me gusta cómo hilas tus ideas y pasas de un tema a otro en una transición padre :D interesante.

Andrea dijo...

Al principió cunado vi lo del árbol de chicle me pareció super raro y feo. Claro es la reacción natural ante lo decsonocido. Pero tus ideas me parecen muy validas. Si no le hace daño a nadie, más bien trae beneficios pues ¡que bueno! Caundo vaya por allá pegaré mi chicle!

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