sábado, 29 de enero de 2011

2011: Año Internacional de la Química


Este año 2011 ha sido declarado por la Organización de las Naciones Unidas como Año Internacional de la Química sin ningún motivo en especial y solamente con el único fin de celebrar a tan maravillosa ciencia cuyas nociones básicas nos son impartidas en ciertos momentos de la educación laica gratuita y obligatoria.

Mis primeras experiencias con la Química se remontan a hace muchos pero muchos años en que pedí a los Reyes Magos el Juego de Química de Juguetes Mi alegría con los cuales "Aprendemos y jugamos". Yo era un niño muy afortunado que casi siempre me traían los Reyes lo que les pedía y aquel año no fue la excepción. Tenía ante mí un montón de tubitos con polvos de colores y pedazos de metal, algunas sustancias "Inofensivas" y un recetario para hacer un centenar de experimientos. Empecé por el primero que se trataba de hacer cristalizar el alumbre a través de un calentamiento y posterior condensación en un papel filtro. Y dado que mi primer experimento fue un fracaso y nunca conseguí los dichosos cristales, hice a un lado el recetario y comencé a experimentar por mi mismo a ver que pasaba si mezclaba este con este y aquel otro con este otro terminando por probar todos los polvitos inofensivos y de ahí el gusto por aspirar polvos que aun no se me quita. Mi primo Tigre de Tigres fue el único que le encontró chiste a mi Juego de Química y se pasó horas leyendo el recetario y por algo estudió para Químico Industrial pasando muchas horas en Laboratorios de verdad.
Yo tendría más adelante experiencias buenas y malas con la Química. En la secundaria las clases de Química se reducían a escribir la lista completa de los elementos y repetir 8 mil veces cada uno de ellos hasta que te aprendieras su símbolo y yo solía ser uno más de los alumnos que al sodio en la hora del examen le ponía So o al Mercurio Me nomás por molestar a la maestra.
Nunca tuve realmente una buena clase de Química ni en la secundaria ni en la prepa, no sé porque decidí estudiar una carrera que tenía en su Plan de materias muchas Químicas, Inorgánica, Orgánica, Bioquímica, Fisicoquímica y el resto de las materias aunque no se llamaran químicas tenían mucha relación con ella.
En la preparatoria tuve a un viejo profesor al que apodábamos el Cimus no sé porque caricatura. Sus métodos de enseñanza eran tan obsoletos como él mismo y tampoco fue una clase muy agradable que digamos. Se pasaba dictando cuestionarios y después había que memorizarlos y te hacía exámen del cuestionario y ya eso era todo. Si en sus cuestionarios hubiese dictado algo totalmente ajeno a la química estoy seguro que igual lo hubiésemos memorizado sin razonar realmente lo que escribíamos.
Un día de esos hermosos de la prepa, yo estaba como siempre echando desmadre hasta atrás del salón con mis amigos Willi, Angélica  y las herejes, 2 amigas de religión cristiana a las que me pasaba lanzando improperios inquisitoriales y el Cimus dando su odiosa clase, el Cimus me cachó cuando yo me estaba riendo y se enojó mucho, me sacó del salón y me dijo que quería hablar con mi papá. Yo por supuesto nunca le dije nada a mi padre y el día que entregó resultados de un exámen parcial me dijo que había yo aprobado pero que por no haber traido a mi papá como me pidió me pondría un 2 en el exámen. Yo trabajé mucho para pasar la materia en el exámen final y finalmente lo alcancé, al menos por esa vez me salvé de realizar el primer extraordinario en mi vida.
Pero el primer extraordinario llegaría en la Universidad, apenas en el primer semestre, con la materia de Química Inorgánica impartida por una maestra muy neurótica pero divertida, no tuve suerte con la Nomenclatura de los Complejos de Coordinación ni los balances en reacciones de Ion-Electrón pero después de reprobar me puse a estudiar como nunca y saqué un 10 en el extraordinario, otra prueba mas de que cuando quiero el resultado soy capaz de conseguirlo. Después por puro golpe de suerte fui aprobando cada una de las Químicas. Con el Dr. Loera la Orgánica I, las fisicoquímicas que reprobé una de las 3 por no llegar al exámen por ir a un Casting para Locutor de una estación de radio, las Bioquímicas que definitivamente fueron de las mejores materias cursadas en la universidad impartidas por el inolvidable Dr. Panchito, y las Analíticas que ambas fueron impartidas por maestros muy divertidos como el Químico Olvierio al que me encantaba hacer enojar y nos dejó muchas frases que hasta el día de hoy nos siguen recordando esos bellos tiempos y la Química Lupita que era la típica maestra soltera de avanzada edad y que vive adentro de su laboratorio y con un genio que ya se imaginarán, pero a pesar de todo una excelente persona sin duda alguna.
Como decía mis clases de Bioquímica y la segunda Orgánica y la tercera Fisicoquímica fueron de las mejores impartidas por el Dr. Panchito. Pocos nos hicieron reflexionar tanto como el, explicándonos a través de reacciones químicas que hace el alcohol con el hígado o que pasaba con los Santos que veían visiones porque no se alimentaban correctamente pero alimentando sí nuestro ateísmo científico o dándonos clases de Educación sexual también con reacciones químicas.
Y como pueden ver, he tenido buenas y malas expeiriencias con la Química, tal vez el trabajo de laboratorio no es lo mío como quedó demostrado desde el juego de mi alegría, pero me siento a gusto cuando leo las historias de los alquimistas o de destacados hombres y mujeres que han trabajado mucho para mejorar nuestro mundo a través del progreso de la química y porqué no decirlo también han ayudado mucho a su deterioro hasta nuestros días en que ya estamos luchando por tener un mundo de Química sustentable.

La Química como ciencia, se merece este festejo de todo el año porque por fin pudo hace apenas 2 siglos salir del clóset como Ciencia después de tantos años que tuvo un velo de magia y brujería encima de ella, pero esa.... esa es otra historia.....



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